Pedro G. Paúl Bello Weblog

jueves, agosto 18, 2005

¿ENTONCES QUE?

El insólito caso del libro "15-08-04 Una experiencia democrática. Referendo Revocatorio Presidencial" presentado el pasado lunes 8 -y con gran despliegue- por el Presidente del CNE en el Teatro Municipal, aparte de ser una prueba más de la incapacidad que para hacer cualquier cosa exhibe este equipo gubernamental, así como del descuido y ausencia de todo sentido de responsabilidad de sus principales dirigentes, servirá tan sólo para que el ciudadano Presidente tenga otro de sus arrebatos de cólera y, tal vez, de nuevo descargue esa ira sobre el equipo de gobierno que él mismo designó y absolutamente dirige. Descargas frecuentes que, por cierto, un señor avezado, que sirve gasolina en la estación de servicio que utilizo, comparara recientemente con las acusaciones que un manager de beisbol, en cada juego, pudiera lanzar sobre los jugadores de su propio equipo. Me preguntaba este señor: ¿dónde estará la culpa? ¿en los jugadores o en quien los pone a jugar?
A menos que, podría pensarse con suspicacia, no sea otro de los famosos "trapos rojos", que salen como verónicas en plaza de toros cada vez que la situación se hace conflictiva o peligrosa; aquéllos para distraer a los opositores desviándolos de la realidad, como éstas evitan que los morlacos alcancen la humanidad de los toreros.
Claro. Sobre lo del libro, si tal especulación fuese cierta, el "trapo rojo" sirve hoy para distraer a la gente de la tremenda situación que la Nación atraviesa en lo internacional al cruzarse, en única mezcolanza, los conflictivos y autopropuestos problemas de la guerra asimétrica, la ruptura con la DEA, las redes del narcotráfico y la lucha contra el imperialismo y el capitalismo, y en lo nacional el hundimiento físico del país, el desesperante aumento de la miseria, así como las crecientes protestas de quienes una vez más creyeron, pero juraron hacerlo por última vez.
Creo que, al fin de cuentas, al margen de lo que esta pavorosa argamasa significa como realidad, así como del contenido demoledor que para Venezuela tiene el malhadado proyecto que nos ha caído como regalo del mismo infierno, la verdad de toda esta conflictividad se resume en las características que varios distinguidos psiquiatras han coincidido en señalar como propias de la persona que, en infortunado momento, el pueblo venezolano designó para dirigir la Nación.
Porque no es el comunismo desordenado y confundido con otras ideas y calenturientas pretensiones lo que está amenazando destruir a Venezuela, como tampoco fue la idea, en si misma, de la superioridad aria lo que destruyó la Alemania del Tercer Reich. A esa Alemania lo que la destruyó fue la locura de Adolfo HItler.
¿Entonces qué?