Pedro G. Paúl Bello Weblog

lunes, octubre 22, 2012

BAJO EL PODER DE LA SERPIENTE. PEDRO PAÚL BELLO www.paulbelloblogspot.com Está escrito: ser mansos como palomas y astutos como serpientes. Honestidad no puede significar ingenuidad, pues abundan en el mundo astutas y deshonestas serpientes que no dudan recurrir a trampas y engaños cuando se trata de obtener o satisfacer protervos intereses. Esta enseñanza, que está en el Evangelio, no es una suerte de exhortación al mal proceder y, tampoco, un llamado a ser astutos sin consideración de los valores fundamentales que rigen las conductas honestas, sino un llamado a estar prevenidos sobre las amenazas que acechan, por doquier, en todas las instancias y situaciones de la vida. Lamentablemente, Juan Carlos Caldera, joven de cuya honestidad no conozco razón para dudar, cayó en la trampa preferida de la serpiente que, desde tiempos del Paraíso Terrenal, es su favorita: la mentira que envuelve todo engaño. El error no estuvo en recibir una suma de dinero --que, para los tiempos actuales de nuestra Venezuela, resulta modesta-- sino en no tener en cuenta aquello de que “el árbol bueno da frutos buenos y el árbol malo da frutos malos.” Caldera no se arrimó a un árbol reconocidamente bueno, cuya rama representante trató de ir más allá de la simple entrega de un normal apoyo económico ofrecido, para tratar de proponer encuentros y reuniones que, educadamente eludió el joven político, pero que recogió el video infamemente escondido. El régimen comunista sabe que está herido de muerte. Por eso, trata de extender a su adversario la conducta corrupta que ha ejercido en estos catorce años de mal gobierno. Uno de los dirigentes del llamado “proceso” calificó el apoyo económico a Caldera, como corrupción y soborno. ¿Será por el hábito establecido en su partido? Es insólito ver como funcionarios incondicionales del gobierno se rasgan sus vestiduras como puras vestales, como si no hubiesen existido los maletines viajeros; las toneladas de alimentos perdidos que la chispa del venezolano bautizó “pudreval”; los miles de millones de dólares producidos por nuestro petróleo y regalados a países extranjeros; las destrucción casi total de la vialidad en Venezuela; la pérdida del potencial energético porque nada se invirtió en su mantenimiento; los señorones del narcotráfico; los más de 150 mil venezolanos asesinados por el hampa y la criminalidad incontrolada; la desaparición práctica de lo que fuera Pedevesa como una de las principales productoras de petróleo en el mundo, etc., etc. Derrotados, los comunistas seguirán inventando más y más, como si con eso van a detener la inevitable derrota que les espera. De nada servirá a la serpiente utilizar el poder que aún detenta. El siete de octubre, los venezolanos cobraremos su infamia y abriremos nuestra Nación al retorno de la democracia: ¡Henrique Capriles Radonsky será Presidente!