Pedro G. Paúl Bello Weblog

jueves, enero 14, 2010

CARTA ABIERTA A LA DIRIGENCIA DE TODOS LOS PARTIDOS DEMOCRÁTICOS DE OPOSICIÓN Y A TODOS LOS VENEZOLANOS

CARTA ABIERTA A LA DIRIGENCIA DE TODOS LOS PARTIDOS DEMOCRÁTICOS DE OPOSICIÓN Y A TODOS LOS VENEZOLANOS QUE ASPIRAN TENER UNA PATRIA LIBRE, INDEPENDIENTE Y RESPETUOSA DE LOS DERECHOS HUMANOS.
AMIGOS,

Con gran preocupación, los venezolanos que padecemos en el alma los dolores de la Patria, iniciamos este nuevo año con grandes esperanzas pero, también, con enormes dudas. No es ahora el caso de relatar todos los males que, de manera progresiva y creciente, se han venido acumulando para mal de la República, deterioro de sus instituciones democráticas, pérdida de la amistad cívica ciudadana, ruina de la economía, caos en los servicios públicos, violación de todos los derechos ciudadanos, conculcación de la propiedad privada, estafas sobre bienes de la Nación, fracaso de la educación nacional, persecución religiosa, fraudes electorales, negación de toda libertad, innumerables secuestros y masivas pérdidas de vidas humanas por acciones de organizaciones delictivas que operan, impunes, en todo nuestro territorio y muchos otros males por mencionar, que harían casi interminable esta enunciación de algunos de ellos.

Pero tal descomposición, de niveles y proporciones jamás antes alcanzadas en nuestra accidentada historia, por su misma naturaleza entrópica, anuncia, si se quiere para nuestro regocijo, que su inevitable fin puede estar muy cercano: el bicentenario de nuestro primer paso hacia la Independencia puede ser -si con voluntad decidida así lo determinamos- el año inicial de la recuperación democrática venezolana. Empero, para que ello se haga posible, es menester obrar con firmeza a fin de superar algunos poderosos obstáculos que se oponen a la consecución de tal logro.

1°- La realidad, en su cara política, nos muestra que el país democrático enfrenta un régimen de corte claramente totalitario, desprovisto de toda consideración humanitaria y, por ello mismo, dispuesto a defender su poder con todas las fuerzas que tiene a disposición. Largo tiempo tomó a los venezolanos amantes de la democracia, el llegar a esta conciencia.

2°- Compartimos la decisión de alcanzar nuestro propósito de manera pacífica, pero no sumisa; legal pero no teórica sino concreta; democrática pero no cobarde. Con tales decisión y conductas, debemos:

A) Exigir y lograr la realización de unas verdaderas -y no amañadas- elecciones parlamentarias este año 2010. Para ello, son condiciones sine qua non:
a) La designación, como nuevas autoridades del CNE, de personas de reconocida capacidad y solvencia moral que sean aceptadas por la oposición.
b) La presencia de representantes de la oposición en todos los actos comiciales del CNE y en todas las instancias regionales del Cuerpo.
c) Exigir y lograr absoluta depuración de REP, o una nueva elaboración de dicho registro, siempre, con participación directa de representantes de la oposición.
d) Exigir y lograr que se modifique la Ley que rige los procesos electorales, a fin de que los comicios se realicen sin máquinas, de manera directa y mediante tarjetas de votación.
e) Exigir y lograr que se anulen todas las modificaciones que se hayan hecho a los circuitos electorales y se mantenga la misma situación que anteriormente existía en sus definiciones.
f) Exigir y lograr que no se permita el procedimiento de “migraciones” de electores hacia Centros de Votación que no sean los escogidos por los ciudadanos.
g) Exigir y lograr que se proscriba toda injerencia militar en los actos comiciales.

B) Si los anteriores puntos no se lograran no se podrá concurrir a unas elecciones para Asamblea Nacional que serán fraudulentas, como todos los comicios realizados desde 1999 y, algo más grave, se consolidará al régimen totalitario en el poder y ello nos conducirá, inevitablemente, al indeseable estallido de la violencia. En tal caso, lo único que nos quedará, como respuesta, es votar, si, para tomar las calles hasta que se restablezca la democracia.

C) Presentar al país un coherente programa de gestión gubernamental, cuya orientación prioritaria ha de ser la urgencia de enfrentar las graves situaciones de pobreza y miseria que confronta la gran mayoría de nuestra población; el desarrollo de amplios programas y planes de formación ciudadana, de manera que los venezolanos se integren al proceso de desarrollo de la Nación y no se limiten a reducidos círculos primarios de convivencia e intereses; que más allá de sus necesidades, tomen conciencia de sus verdaderos intereses; verdaderos y auténticos intereses de la población y, luego, y solamente luego, de necesidades; que cada venezolano sepa hacer respetar su eminente dignidad de persona humana, que cada cual entienda elemental y simplemente qué es eso. Es indispensable ayudarle a saber, enseñarle en qué consiste esa dignidad y por qué y para qué la posee: cada venezolano debe entender, entonces, que la persona humana --que él es-- no es accidente fortuito ni resultado de una casualidad, sino de una causalidad que es la voluntad del Creador que le dio vida y le hizo persona. Que al hacerlo persona le hizo inteligente; le dio una razón para pensar y actuar; una libertad interior por la cual es dueño absoluto de cada uno de sus actos humanos; le dio conocimiento natural que le permite, aún en medio de su posibles pobreza e ignorancia, distinguir entre lo que está bien y lo que está mal; que es libre en la ejecución de sus actos y que, por ello, es responsable de los mismos; que en la Sociedad tiene el derecho de encontrar condiciones indispensables para que le sea posible desarrollar un enorme potencial que recibió al ser creado; que hay otra forma de libertad que no es ya la interior, sino la externa o libertad de independencia, consistente en ausencia de coacción o coerción sobre sus actos, la que no le vino como don o dato de su condición humana, sino que debe ser conquistada por él y en unión con sus semejantes en el seno de esa, su propia Sociedad. Por lo demás, es en tiempos de escepticismo, de crisis de valores y de fe, cuando necesario es el más sembrar las conciencias de nuestros ciudadanos de ideas principales como permanencia de los valores e importancia del defender las convicciones.

Debemos poner al servicio del rescate nacional toda nuestra voluntad y capacidades; todo nuestro tiempo y esfuerzos, con firme conciencia de que el futuro, que es inminente, no será fácil, sino costoso en sacrificios y penas. No debemos acudir al ilusorio sucedáneo del autoengaño y pensar, como en reciente pasado, que “todo está blindado”. No será fácil y puede costarnos mucho en “sangre, sudor y lágrimas”. Pero futuro hay que pone a prueba nuestra consistencia.