Pedro G. Paúl Bello Weblog

domingo, mayo 20, 2007

LO QUE HAY QUE HACER

No pudo ser mejor la manifiestación de ayer, sábado 19 de mayo, cuyo significado fue no sólo el de apoyar a RCTV en las abusivas circunstancias por las que ese canal de TV está pasando, sino el de clara demostración de la mayoria de los caraqueños, de rechazar toda forma de gobierno que conculque las libertades ciudadanas.

Si bien es muy grave el caso de RCTV, y lo es en varios sentidos, tenemos que acordar que la finalidad de todos los esfuerzos, que en cualesquiera de las múltiples y diversas orientaciones deban realizarse, es la de liberar a la Nación de las arbitrariedades totalitarias de una banda delictiva que se ha hecho del poder.

Por tanto, por hermosas, por nutridas y por contunduntes que sean las manifestaciones de todo tipo que sean realizadas, no servirán absolutamente para nada si no se orientan al objetivo final anteriormente indicado.

Ya cansa el repetir de muchos, entre quienes me incluyo, que el menester es, con primacía absoluta, el logro de ese objetivo final y que tal no se va a alcanzar por las mal llamadas "vías democráticas", pues padecemos un fuerte mal político de poder totalitario cuya superación, como en el caso de ciertas enfermedades que aquejan al cuerpo humano, no es posible sino mediante la cirugía.

Como esas malas enfermedades, el totalitarismo bajo todos sus espectros y manifestaciones, contagia las sociedades sanas, que son sociedades sustancialmente democráticas, cuya labilidad -como ocurre con los organismos sanos- es permitir que en su seno se incuben y alojen corpúsculos que pretenden destruirlas. Es el trágico drama de la democracia como forma de gobierno: tener que permitir en su seno a aquellos que se proponen destruirla.

Contra ese mal, la democracia tiene que crear eficaces mecanismos de defensa que, en resguardo de la existencia de todos los entes, rige como principio universal de finalidad.