Pedro G. Paúl Bello Weblog

jueves, diciembre 28, 2006

"Las revoluciones comienzan por la palabra
y concluyen por la espada".

JEAN PAUL MARAT



En nuestra Venezuela, el siempre indefinido tema de derechas e izquierdas jamás ha tenido asiento sólido en la realidad de la Nación. Ambos vocablos carecen de real sentido y –como lo expresó Don Mario Briceño Iragorry- "A nosotros nos corresponde remover piedras y estorbos y contra los vocablos megalíticos hemos de lanzar agudas y cortantes voces que los destruyan" [1].

Es tan vacía de contenido esta nomenclatura que se aplicó a las posiciones políticas, como trivial lo fue su origen relacionado con la posición que ocupaban los grupos políticos antagónicos en la Asamblea de la Convención en la Francia revolucionaria del siglo XVIII.

En efecto, los jacobinos eran llamados también montañeses en razón de ocupar la parte más alta de la tribuna izquierda de la Asamblea, mientras que sus indeclinables adversarios, los girondinos, lo hacían en la parte derecha. Como los jacobinos eran los más radicales de aquel proceso, mientras que los girondinos eran moderados, desde aquellos tiempos se acuñó la idea según la cual "izquierda" representaría, en política, la avanzada social mientras que "derecha" designaría la opción conservadora.

Hoy en día y en todo el mundo, por la amplia gama de matices que caracteriza al espectro de los grupos políticos, se hace aún más difícil que en tiempos pasados el definir lo que quiere decir ser de derecha o de izquierda.

De esta manera, como parece muy cuesta arriba el tratar de erradicar tan absurda distinción, lo mejor es que, cada cual, procure aclarar su personal postura ante la multitud de alternativas que, en cada actitud, propia o impropiamente política, tienen estos vocablos que encontramos constante y simultáneamente presentes.

En tal sentido, me permito aclarar, en lo que a mi respecta, que:

-Si derecha significa ser católico, apostólico y romano, soy de derechas.

-Si, también en lo religioso, derecha significa adherir y profesar lo que contiene y significa el Credo de Nicea-Constantinopla, soy de derechas.

-Si derecha significa defender la eminente dignidad de la persona humana y sostener que ésta ha sido creada libre, a imagen y semejanza de su Creador y con un inmenso y casi desconocido potencial que debe poner en acto durante su vida, soy de derechas.

-Si derecha es sostener la primacía del Bien Común General sobre los Bienes Comunes Particulares propios de las Sociedades Intermedias y, también, sobre el Bien Personal Inmanente a la relación de la persona con la Sociedad en tanto en cuanto aquélla es parte o miembro de ésta, entonces soy derechista.

-Si derecha quiere decir el sostener que hay un Bien Personal Trascendente por el que la persona, al relacionarse con valores absolutos, escapa de toda relación y, más aún, de sujección a dictados de la Sociedad General o de las Sociedades Intermedias, pues se trata de relaciones de otro orden que escapan al orden societario (como la fe religiosa, los valores, las ideas filosóficas o políticas, las apreciaciones estéticas, etc.), entonces soy derechista.

-Si derecha es pensar que la política está sujeta y subordinada a la ética y orientada por la verdad como valor fundamental de su quehacer, entonces soy derechista.

-Si derecha es rechazar la mentira, la calumnia y el odio como instrumentos de la acción política, entonces soy derechista.

-Si derecha es oponerse con todas las fuerzas disponibles a cualquier tipo de totalitarismo que se entronice o pretenda hacerlo en la Sociedad, por supuesto, soy derechista.

-Si derecha es combatir a fondo la expresión totalitaria que es base del marxismo-leninismo y de todas sus variantes de aplicación real, sean socialistas o comunistas, entonces soy derechista.

-Si derecha es rechazar toda forma de fascismo en la Sociedad, soy derechista.

-Si derecha es radical desacuerdo con diferentes formas populistas o neo-populistas, que se expresan en América latina, fundadas en la demagogia, el paternalismo estatal y la manipulación de las masas y con abuso de las grandes necesidades de los pueblos, entonces soy derechista.

-Si derecha es defender la propiedad privada y aspirar a que se realice la restauración de la propiedad para todos los habitantes del país, especialmente los desamparados, marginados o excluidos, luego soy derechista.

-Si derecha es pretender que se desate una verdadera lucha, sin tregua y a fondo contra la pobreza y la exclusión, soy decididamente de derechas.

-Si es de derecha el aspirar que la Sociedad funcione y que en ella prevalezca el orden y se respeten los valores fundamentales de la conviviencia, pues soy derechista.

-Si derecha quiere decir pensar que, normalmente, es a través del libre mercado como se resuelve el conflicto económico de la distribución de bienes, a condición de que ese mercado sea transparente, con plena información y posibilidades de movilización para todos los factores que en él intervienen, luego soy derechista.

-Si derecha es sostener que la familia es la célula fundamental sobre la cual se erige toda Sociedad bien ordenada, luego soy derechista.

-Si derecha es defender el derecho natural de la familia a educar sus hijos conforme a lo que considere conveniente para ellos, soy derechista.

-Si derecha es creer que la Iglesia Católica y demás Iglesias tienen derecho a establecer instituciones educacionales y a impartir en ellas sus credos, según la voluntad de los padres o responsables de los alumnos, luego soy derechista.

-Si derecha es aceptar que al Estado, parte de la Sociedad Política responsable de la gestión y alcance del Bien Común General, le corresponde un papel subsidiario o supletorio en asuntos relativos a la educación y al funcionamiento libre del mercado, obviamente soy de derechas.

-Si derecha es defender al sistema político democrático, por entender que, siendo imperfecto, es siempre perfectible y que es el sistema que mejor favorece el desarrollo del potencial espiritual y material de cada una de las personas que son sus miembros, por supuesto que soy de derechas.

-Si derecha es sostener que no bastan las declaraciones teóricas de derechos de la persona humana, de libertad, de igualdad y de justicia para que una Sociedad sea auténticamente democrática, porque la libertad significa libre albedrío o libertad interior, que es un don del Creador y dato de la esencia misma de la condición humana de persona, y que esta libertad de la que nunca puede ser despojado el ser humano debe ser ejercida, en el seno de la Sociedad, para ampliar y conquistar mayor horizonte para el ejercicio de la otra libertad, que es la libertad de independencia o libertad política, a fin de que cada persona tenga espacios más anchos para ejercer su libertad interior, al tiempo que se entiende que la igualdad entre las personas es sólo igualdad en esencia, pero que, existencialmente, todos los seres humanos son radicalmente desiguales y únicos en el Cosmos y por los siglos de los siglos, por lo que esta desigualdad radical implica que a cada hombre, situado en su tiempo y espacio, le corresponda el derecho inalienable de desarrollar su potencial personal según su propia naturaleza individual, y que la síntesis de igualdad esencial y desigualdad existencial funda la necesidad de que la Sociedad democrática establezca posibilidades de desarrollo personal para sus miembros según sus diferencias particulares, o igualdad de proporción o de posibilidades, para que cada persona pueda desarrollarse no de manera uniforme sino diferenciada conforme a su particular y distinta naturaleza, entonces, no cabe dudas, soy derechista.

-Si es derecha defender que el trabajo de todo ser humano tiene la misma dignidad que el de sus semejantes, por más importante que pueda ser la obra de uno en comparación con la de otro, y que dado que la dignidad del trabajo humano viene de ser éste persona humana en acción y se sigue que no puede haber remuneración alguna que sea equivalente al valor de ese trabajo humano pues no existe pago equivalente al valor de la persona, y que, por tanto, el pago o remuneración de la persona trabajadora debe incluir lo necesario para que ésta y su familia pueda vivir dignamente, incluyendo aquello que necesite para su desarrollo personal y el de su familia, por lo que el trabajo humano no puede ser considerado como una mercancía más, sujeta a las leyes y vaivenes del mercado, desde luego, soy de derechas.

-Si ser de derecha quiere decir que se participa de la idea según la cual el Estado democrático, a través de sus organismos competentes, debe dictar leyes y normas de Justicia Social, de manera de equilibrar, en el seno de la Sociedad, las injustas diferencias que separan a los socialmente fuertes de los socialmente débiles, actuando a favor de estos últimos sin menoscabo y con respeto de las leyes y de los legítimos derechos de los primeros, sin dudas soy de derechas.

-Si ser de derecha implica: defender la separación de los Poderes Públicos e impedir toda forma de presión o de coación de alguno de ellos sobre los otros; sostener la necesidad de mecanismos de control que sigan, juzguen, auditen y sancionen cualquier violación de la Constitución y las leyes de la Nación por parte de algunos de los poderes o de sus autoridades o funcionarios; mantener en permanencia la alternabilidad en el ejercicio de los cargos y responsabilidades de las autoridades y funcionarios de esos Poderes conforme a lo prescrito por la Constitución y leyes de la Nación; creer que la autoridad y sus prerrogativas no son derechos de las personas que la ejercen, sino que corresponden al ejercicio de las funciones propias de cada encargo que les ha sido confiado por el pueblo a través de las instancias y mecanismos legales establecidos y que la autoridad se pierde por abuso grave y contumaz, así como por incapacidad comprobada y permanente, evidentemente, soy de derecha.

-Si ser derecha es concebir que las instituciones armadas de la Nación están al servicio de ésta, el que supone total respeto a la Constitución y leyes pertinentes, defensa de la Nación y sus instituciones, protección de los ciudadanos y del ejercicio de sus derechos y garantías, sin intervenir en el debate político, pues "el hombre armado no puede deliberar", soy, entonces, derechista.

-Si pensar que es derecha el creer y defender que el hábitat, entendido como la vivienda digna y humana, pero también el conjunto de servicios de infraestructura, ambiente, cercanía de sitios de trabajo, oportunidades de recreación y solaz, servicios comunales generales, parques y deportes, templos, vías de comunicación con facilidades de acceso y circulación, seguridad de la propiedad y de su tenencia, seguridad pública, centros educativos y de salud cercanos, etc., definitivamente, soy derechista.

-Para terminar esta larga, pero incompleta enumeración, si ser de derecha es creer que los más aptos y responsables deben ser los elegidos para desempeñar con alternabilidad los cargos más altos y los intermedios de dirección gubernamental del Estado y esperar que, algún día, se diseñen e impongan mecanismos de evaluación para los candidatos al ejercicio de esas responsabilidades, sobre todo las más altas, de manera de garantizar, en lo posible, que no accedan a tales posiciones personas que carezcan de los conocimientos y capacidades indispensables para el buen desempeño de las correspondiente funciones, o que características personales de naturaleza física, psíquica o fisiológica puedan comprometer ese buen desempeño, créanme, quienes hasta esta línea del escrito han llegado, que soy derechista.

Paradójicamente para el paciente lector que hasta acá me acompañó, confieso que puedo hacer -con pocas pero, ciertamente, importantes supresiones- otra lista, muy parecida por cierto, para demostrarle ¡que soy de izquierda! ¿Entonces qué?