Pedro G. Paúl Bello Weblog

miércoles, octubre 17, 2007

INTRODUCCION AL SIGLO XXI-CSA-211-PARTE 3ª

NOTAS SOBRE EL TEMA 1º, “ETHOS Y VALORES EN EL PROCESO HISTÓRICO-POLÍTICO DE VENEZUELA” de MASSIMO DESIATO, MIKEL DE VIANA y LUIS DE DIEGO, En “EL HOMBRE. RETO, DIMENSIONES Y TRASCENDENCIA, UCAB, Caracas, 1993”.

Parte 3ª.

VIII.- LA ANOMIA DE NUESTROS DÍAS.

1°. ESFUERZOS Y LOGROS, PREMIOS Y CASTIGOS. BLOQUEO DEL ASCENSO SOCIAL.

La Sociedad Nacional venezolana se caracteriza por padecer lo que Merton llamó “anomia”, término que significa ausencia de normas pero que, en nuestro país deriva con el hecho secular de haberse perdido las normales relaciones de causa-efecto que debe existir entre esfuerzos y logros; méritos y premios; faltas o crímenes y sanciones o castigos.
Es normal y lógico que quien realice esfuerzos para alcanzar determinados fines o logros legítmos, los obtenga con tales esfuerzos; que quien por los esfuerzos desarrollados y los logros así alcanzados, merezca se le reconozcan los debidos méritos y, eventualmente, los premios que haya lugar; y que, por el contrario, incurra en faltas o cometa crímenes sea acreedor de proporcionales sanciones o castigos.
Sin embargo, hemos venido desarrollando en el tiempo una cultura cuyos “valores” fundamentales son: a) el éxito económico, sin reparar en los medios utilizados para lograrlo; b) el prestigo social y la fama fundados principalmente en tal tipo de éxitos; c) el escalamiento y la influencia social que facilitan tales prestigio y fama.
Con base en la práctica concreta, en todos los sectores sociales, de tales antivalores -y de espaldas a fariseas proclamaciones de auténticos valores- no se reconoce y menos aún se premian talentos, conocimientos y creatividad de quien no muestre éxitos económicos o escalado posiciones que le hayan dado prestigo social o fama, pero si a quienes han logrado tales éxitos “a como de lugar” y, lo que es peor aún, la dinámica social así establecida impide, casí, que quienes en los estratos de población menos favorecidos y valiéndose de medios legítimos, hagan inmensos esfuerzos para alcanzar determinados logros, como, por ejemplo, el de la educación y formación personal y profesional.
Una persona joven que provenga de tales sectores y que desee desarrollar un potencial personal en cualquier conocimiento, arte y oficio, va a encontrar infinidad de trabas que provienen tanto de las instituciones sociales como de las estructuras mentales de las personas: A trabas burocráticas como las exigencias del “papeleo” y la documentación personal; los horarios de asistencia a las personas; las “colas” con sus interminables horas de espera; etc., van a añadirse las limtaciones propias de la condición social de la persona interesada: falta de recursos económicos suficientes para sufragar gastos ritualísticos; limitaciones en el tiempo provenientes de sus propios horarios de trabajo; lejanías de los sitios en los que ha de tramitar sus diligencias; etc.... Así, muy frecuentemente se abandonan los esfuerzo honestos y las buenas intenciones son derrotadas.
Mientras tanto, quienes no tienen escrúpulos en transitar por caminos turbios y toda vías como las de la delincuencia, rápidamente muestran, sin sonrojos, “éxitos económicos” provenientes de todo tipo delitos; ascienden inesperadamente en su posición social y adquieren prestigio y, muchas veces, hasta influencias políticas.
Al verse frustradas las buenas intenciones, la víctima compara sus fracasos con los socialmente recompensados “éxitos” de los inescrupulosos y, muchas veces, sucumben ante sus necesidades y la práctica imposibilidad de sus buenas intenciones, se autoculpabiliza de su fracaso y, con frecuencia, pasa a añadir su nombre a la larga lista que quienes optan por defenderse en el delito.

1ª Conclusión: El ascenso o natural promoción social está bloqueado en Venezuela, al demostrarse la ineficacia práctica de medios legítimos como la preparación personal, el trabajo productivo y la conducta respetuosa de la racionalidad y de la ética.

2ª Conclusión: Las reglas de juego que se imponen socialmente significan que la población se desinterese y desentienda de la observancia de las normas éticas para acoger medios ilegítimos pero eficaces.

3ª Conclusión: “Cuando el sistema de valores culturales exalta, por encima de todo lo demás, la meta del éxito económico y el prestigio, mientras que la estrcutura social reduce severamente o bloquea el acceso a modos legítimos de alcanzar la meta a la inmensa mayoría de la población, es inevitable la conducta desviada en gran escala”[1].

IX.- EL FAMILISMO AMORAL.

Definición: El familismo consiste en una conducta social regida por modos de relacionarse las personas individuales con los demás miembros de la Sociedad y con las instituciones de ésta, que no son más que proyecciones de sus relaciones de pertenencia, intereses y lealtades que mantienen con su grupo primario o familiar de pertenencia y no con la colectividad social. En la presente situación cultural deVenezuela, esta característica es común a un alto porcentaje de los ciudadanos.

Esta particular característica tiene varias consecuencias directas:
1ª. Bloquea automáticamente todas las iniciativas que se orienten al bien común.
2ª. Impide que las personas se interesen o promuevan lo que es de interés general.
3ª. Determina ausencia de asociaciones y organizaciones voluntarias que trabajen al servicio de la comunidad local.

Además, hay otras consecuencias indirectas:
1ª. Afecta seriamente el desarrollo de la democracia social y política que se desarrolla a partir de la existencia de tales asociaciones y organizaciones.
2ª. Desvitúa el funcionamiento apropiado de estas organizaciones y asociaciones existentes o recientemente fundadas, al apartarlas de sus fines comunitarios en beneficio de lo particular y privado de sus integrantes o supuestos beneficiarios.
3ª. Cuando, en verdad, las asociaciones se fundan con finalidades comunitarias, estas asociaciones y organizaciones provocan reacciones negativas y opuestas de las burocracias oficiales que las consideran como intervencionistas en sus atribuciones o competidoras en el ámbito político.
4ª. Despiertan, por su rareza, sospechas en los ambientes en los que desean trabajar o en otras organizaciones semejantes, pues les atribuyen intereses ocultos.
5ª. Es factor de desarrollo de la corrupción de los funcionarios públicos pues estos sólo se interesarán de “lo suyo” y no denunciarán a quienes son corruptos, pues esa no es su misión ni responsabilidad, o porque temen verse acusados o víctimas. Por otra parte, el rendimiento de estos funcionarios es mínimo pues no se identifican con os fines de la organización.
6ª. De manera errónea, los sectores débiles de la población tienden a creer que regímenes de “mano dura” remediarán este tipo de situaciones al suponer que harán cumplir la ley mediante la fuerza, mientras los partidos políticos refuerzan sus características clientelares.
7ª. El voto se desvirtúa pues el elector votará por quien la haya favorecido económicamente y se pierde toda confianza en las promesas de los partidos. La acción
política se desacredita; se presupone falsamente que todo político es corrupto y el voto se convierte en un instrumento de premio o castigo.

X.- ¿HAY AÚN ESPACIO PARA LA ÉTICA?

Existen sujetos libres que usan su libertad personal. No es cierto que todo determine los actos humanos. La historia demuestra siempre que el ser humano, si lo decide, puede superar las situaciones más perversas y abyectas. Los venezolanos tenemos una gran tarea ética por cumplir, que se resume en:
a) recuperar la propia dignidad;
b) producir riqueza, principalmente espiritual;
c) superar el exceso de subjetividad en la intersubjetividad de la comunidad;
d) construir un verdadero poder social, como pueblo de libres e iguales, que no requiere caudillos porque sea dueño y señor de sí mismo.
e) Entender que los derechos humanos y su disfrute no son concesiones de “monarcas” y que el pueblo racional y no la masa anónima y alienada conquista su libertad externa en el seno de la sociedad, mediante luchas y sacrificios en los que la participación y la sobriedad se presentan como virtudes fundamentales.



[1] Los autores.