Pedro G. Paúl Bello Weblog

martes, octubre 23, 2007

ANTES DE DECIDIR, PIENSA, PIENSA, PIENSA.

TENEMOS UN COMPROMISO Y UNA DECISIÓN EN CONCIENCIA INELUDIBLES

La marcha de la juventud universitaria de esta mañana (23 de octubre 2007) ha servido de elemento refrescante para esa gran mayoría de venezolanos que vivimos angustiosamente los avances y retrocesos de una oposición mal conducida -para decirlo de la manera más suave posible.

Conducción vacilante, de avances y retrocesos; de victorias logradas pero siempre transformadas en fracasos; de cuidar ingenuamente espacios para ocuparlos en futuros cada vez más inciertos y opresivos. Esa ha sido la tragedia opositora vivida desde 1999 hasta la fecha. No vale la pena detenerse en tristes recuerdos del pasado ni, menos, buscar culpables o responsables para entregarlos a inútiles vindictas o para perseguirlos en injustas cacerías de chivos expiatorios.

Pero lo gratificante de lo ocurrido esta mañana fue el percibir, por observación y con ojos del entendimiento, que el liderazgo (legítimo y merecido o acaparado o usurpado) ha comprendido que su papel es orientar pero no mandar, que sus seguidores lo serán mientras no trate de desviarlos de objetivos que son considerados, por aquéllos, como metas irrenunciables.

Esa percepción, que viví personalmente y que compartí en comunidad de cabezas y espíritus, me ha llevado a escribir estas líneas con en mente no a los actores de la jornada de hoy, sino a todos los venezolanos.

Porque es cierto que todos los venezolanos, incluídos quienes apoyan al "proceso", saben, perfectamente bien, que nos jugamos el todo por el todo en este próximo episodio del largo sainete, más dramático que cómico, que sufrimos desde hace ya casi nueve años. Y, además, porque pretendo --¿las corrientes no se hicieron para nadar contra ellas?-- que ese sector de la dirigencia política --y del ingénuo electorado que quiere, honestamente y por bondad, creer que ésta tiene razón-- terminen por entender que la única posibilidad de victoria absoluta sobre el régimen totalitario que ya nos oprime, descansa sobre un repudio ejemplar, igual o aún superior, al que manifestó todo el pueblo de Venezuela en las elecciones parlamentarias de diciembre de 2005.

Se ha dicho y escrito muchas tonterias en relación a ese evento comicial: se ha dicho, entre otras argumentaciones, que fue "una derrota" para la oposición, porque no logró que alguna voz la representara en la Asamblea; que el gobierno ocupó la totalidad de las curules mientras la oposición quedó totalmente fuera; etc., etc. Argumentos efectistas y ciertos en su presentación, pero vacíos de todo contenido político real y democrático. Político, porque el resultado de esas eleccionesde dio, apenas, un 5% de votos efectivos para elegir los diputados oficialistas y fue palmaria demostración : 1º de la ausencia de apoyo del gobierno y, en particular, del presidente quien se involucró en una enorme y onerosa campaña de solicitud de votos para evitar esa catastrófica derrota y 2º del ejercicio efectivo y auténtico de la democracia, pues fueron la firme voluntad popular y la inmensa presión del electorado los factores que impusieron a las dirigencias partidistas su retiro de esas elecciones. Lamentablemente, ese mismo evento demostró también la incapacidad política de una parte de esa dirigencia que no entendió que no bastaba con la derrota electoral sino que era menester una acción política profunda, enérgica y radical hasta lograr reconquistar la libertad y la democracia en Venezuela. De paso, quedó destruido el mito de la mayoría chavista que todavía algunos interesada o ingenuamente sostienen.

En diciembre del 2005 el pueblo opositor tuvo razón y obró con gran sabiduría; la dirigencia careció de visión política, de coraje o de compromiso responsable con su creencia democrática.

Ahora, se repite el mismo episodio casi en condiciones idénticas. Se reproduce el mismo fatuo debate entre posiciones que optan por alguna entre las dos disyuntivas inútiles: votar o no votar. Como muchos lo han manifestado suficientemente: hágase lo que se haga va a ganar el SI. Claro, si se incurre de nuevo en el error de diciembre 2005. ¡Pero si se cobra no! Ahora, en cambio y afortunadamente, podría ser que los únicos cobradores no sean los dirigentes partidistas: el pueblo, que somos todos, se hará respetar pues ningún ciudadano está dispuesto a aceptar:

-Perder su condición y derechos ciudadanos al ser obligatoriamete alistado en una Reserva que tendrá, de esa forma, diez millones de soldados.
-Permitir que desaparezcan Venezuela y el Estado venezolano cuando el gobierno, apoyado en el nuevo artículo 153 que lo autoriza, decida anexar nuestro país a Cuba, a Bolivia, a Nicaragua, a Irán y a otros países.
-Vivir sin libertad en un país sometido a un Estado comunista.
-Perder todos sus derechos humanos, sociales, económicos y políticos.
-Saber que sus hijos les serán separados para recibir una formación comunista.
-Perder todas sus propiedades, incluso las intelectuales.
-Trabajar en lo que determine el Estado comunista y no su propia vocación.
-Renunciar a practicar públicamente su fe religiosa, al ser cerrados todos los templos.
-Ver expulsados, presos o asesinados a todos los sacerdotes y religiosos de todas las iglesias.
-Ver cerradas todas las universidades o conocerlas como instituciones comunistas.
-Vivir en un país cada vez más atrasado y destruído como lo es hoy Cuba.

ANTES DE DECIDIR PIENSA, PIENSA, PIENSA.

2 Comments:

  • Muy buena su publicación profesor y tiene toda la razón al final. Ese facinismo político que poseen los venezolanos ahorita con lo de la "revolución" los tienen cegados y no ven más allá de lo que en realidad se está haciendo. Me duele al ver cómo poco a poco se va destruyendo mi país... :(

    By Blogger Unknown, at 9:10 p. m.  

  • MARCHEMOS POR NUESTRO PAISSS VENEZUELA NOS NECESITA HAY QUE ACTUAR YAAAAAAA !!!

    By Blogger Carmencita_344, at 8:28 p. m.  

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