Pedro G. Paúl Bello Weblog

jueves, diciembre 01, 2005

PROFUNDIZAR PARA REMATAR

No se sabe si fue la casualidad de un descuido de quienes debían asegurar que técnicos de oposición no tuvieran acceso a las máquinas de votación, o equivocación al selecciónar la máquina, o que alguna mano de infiltrado intervino. Pero, lo cierto es que por el hecho de la Fila de Mariches, por primera vez en casi siete años, la oposición tiene la iniciativa en el terreno de los acontecimientos políticos.

Para que el ulterior desarrollo de esos acontecimientos desemboque en la restitución de la normal vida democrática del país, es esencial que la oposición no pierda esa iniciativa, sino que, en contrario, la refuerce y profundice.

Una primera condición para que ello sea posible es actuar en caliente, valga decir, que no se le permita tiempo para que el oficialismo opresor se recupere y pueda montar de nuevo sus tinglados de “trapos rojos” que le han servido tanto para marear y desconcertar a la oposición.

Una segunda consideración procede luego de un indispensable análisis, que desde luego debe ser lo más exhaustivo y profundo, de los posibles escenarios que se presentan ahora, a partir del retiro de las elecciones parlamentaria de la casi totalidad de los factores de oposición.

De momento y a primera vista, parto de la premisa de que el régimen no puede, bajo ninguna circunstancia lógica, aceptar que sean aplazadas las elecciones del próximo domingo. Hacerlo significaría evidenciar de inmediato su derrota. Además, no podría impedir el oficialismo que la próxima consulta electoral se realizara bajo un estricto control y supervisión que garantice su transparencia y legalidad.

La oposición hizo morder el polvo al espúreo e ilegítimo CNE, al que no le quedó más que aceptar el retiro de sus tan poderadas y costosas “caza-huellas”. Las posteriores renuncias a las candidaturas fue otro certero golpe sobre el ya debilitado organismo electoral. El mundo entero ha recogido este hecho como rechazo de la oposición venezolana ante la imposición unilateral de condiciones democráticamente inaceptables para la realización del acto electoral.

En estas favorables circunstancias la oposición no puede dar tregua al régimen. Para lograr esto me parece indispensable convocar a la población, en Caracas y todas las ciudades del país, para que salga a las calles y ejerza, cívicamente, una presión de fuerza de tal contundencia y perseverancia (mantenida el tiempo que sea necesario como, en su momento, lo hicieron ucranianos, peruanos, etc.) hasta hacer dimitir en pleno al CNE y obligue al gobierno a designar un nuevo CNE equilibrado, para que, estrictamente supervisado por laobservación internaciona, convoque a elecciones sin máquinas y haga que sean contados manualmente todos y cada uno de los votos.

Por otra parte, visto que los vicios que fueron comprobados no solamente atañen a las elecciones del 4 de diciembre, sino que se han mantenido en todos los procesos realizados por este CNE, incluído el RRP, la oposición debe reclamar que esos procesos están viciados de nulidad y que, por lo tanto, las elecciones que celebraría el nuevo CNE deben tener por objetivo legitimar tanto la Presidencia de la República, como el Parlamento, las Gobernaciones, Alcaldía y Concejos Municipales.

La oposición tiene que apoyarse en la única fuerza que puede procurar una salida democrática a esta larga crisis política nacional: la voluntad militante de la población. No sólo sirven los ejemplos recientes, dados por pueblos de otros países, como demostración del poder de la opinión pública militante: los recientes acontecimientos nacionales que hemos vivido estos días también lo demuestran. ¿O es que los partidos no se retiraron cuando comprendieron que la inmensa mayoría de los electores estaba dispuesta a abstenerse de concurrir a las elecciones del próximo domingo en las viciadas condiciones impuestas?

Hay que pedirle a toda Venezuela que salga a la calle a defender su derecho a votar para elegir; a votar en condiciones de legalidad, imparcialidad y transparencia; a permanecer en la calle hasta alcanzar el logro de este objetivo a fin de rescatar las libertades y el pleno ejercicio de la democracia en esta bendita tierra de Gracia.