Pedro G. Paúl Bello Weblog

miércoles, enero 04, 2006

Se pregunta uno, con preocupación y asombro, hasta cuándo a la persona que está ejerciendo la Presidencia de la República se le va a permitir que, descaradamente, irrespete leyes, procedimientos y toda suerte de normas, con descaro cínico como el que exhibió el día de ayer, al regalarle, como lo hizo, a su camarada Evo, la cantidad de 30 millones de dólares, de la que "no te acepto que ME pagues un centavo", tal y como le dijo, con su peculiar estilo altanero y retador, como si se tratara de dinerillos de sus ahorritos trabajosamente acumulados y no de dinero de todos los venezolanos.

Para que podamos apreciar lo que esta dádiva, que es del orden de 75 mil millones de bolívares al cambio paralelo, baste indicar que, con dicha suma, se podrían construir en Venezuela unas 30 mil viviendas con un precio de 25 millones de bolívares cada una y en terrenos aportados por el Estado. Esto se hace tanto más escandaloso cuando este infeliz gobierno apenas logró realizar, para el pasado año 2005, apenas 16 mil viviendas a confesión de sus propias autoridades en la materia.

A tan generoso gesto hacia los bolivianos, pero de una indignante mezquindad hacia los venezolanos, el presidente se comprometió a que, corto plazo, Venezuela suministrará 150 mil barriles mensuales de diesel que Bolivia importará, a un costo aproximado de 150 millones de dólares. ¿Será que Evo nos va a pagar tan fielmente como lo hace Fidel?

Para destacar más aún el incordio que este personaje encarna, podemos leer en la prensa del mismo día de hoy que el FIDA (Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola), organismo de la ONU con sede en Roma, cuyo propósito fundamental es la lucha contra el hambre y el subdesarrollo rural de los pueblos del mundo, acaba de otogar a Venezuela en calidad de préstamo (¡que si debemos pagar!) la suma de 15 millones de dólares para tratar de sacar del subdesarrollo productivo a grupos de nuestra población rural que conforman esos "bolsones" de hambre y miseria que se multiplican en nuestro territorio.

Obviamente, no tiene sentido esperar que la Asamblea Naciona, el TSJ, la Contraloría, etc., actúen para reprimir estos desafueros e irrespetos. Pero si podemos esperar que la dirigencia de oposición reaccione. En vez de perder tiempo en inútiles discusiones sobre utópicas candidaturas, sugiero a esa dirigencia el concentrarse en transmitir e ilustrar al pueblo venezolano sobre el insólito despojo que esta "revolución" le hace.

Definitivamente ahora somos un país en vías de ulterior subdesarrollo