Pedro G. Paúl Bello Weblog

jueves, enero 22, 2009

LA VIEJA PELICULA DE VENEZUELA

LA PELÍCULA
Venezuela se parece a esas películas de vaqueros que veíamos los muchachos de la cuarta y primera mitad de la quinta década del siglo pasado. Con independencia de las situaciones propias de cada película, el libreto indefectiblemente se desarrollaba en un pueblo del Oeste norteamericano y se ubicaba, temporalmente, en aquellos tiempos del lento, pero firme crecimiento de los Estados Unidos, que significaron la gradual dominación y poblamiento de la inmensa región occidental de ese país. Fue, precisamente, ese penoso proceso de ocupación y desarrollo territorial, lo que marcó las diferencias con nuestro modo subdesarrollado de utilizar el territorio, caracterizado por inmensas extensiones de tierras vacías y poco utilizadas que, en los mejores casos, eran explotadas de manera extensiva y no intensiva y, por tanto, con muy bajos rendimientos por unidad de superficie.

Pues bien, la trama de aquellas películas se desarrollaba en alguno de esos pueblos del llamado "lejano oeste" y se caracterizaba porque la población original del pueblo, siempre honesta, pacífica y esforzada en el trabajo, se veía de pronto asaltada por una banda de malos vaqueros que, armada y prepotente, comenzaba por anular a ese personaje heroico de las peliculas que era el "Sheriff" del pueblo (alguacil mayor u oficial de justicia), quien era sometido a prisión, mientras los bandidos invasores azolaban la población; la despojaban de sus terrenos y demás bienes; asesinaban y establecían en el pueblo una verdadera tiranía, hasta que, en las cercanías del final de la película, ocurría siempre que llegaban fuerzas del oriente del país o que, simplemente, el sheriff se "salvaba" y escapaba de su prisión para hacer la heroica reconquista del pueblo, restablecer los derechos, garantizar la libertad y enjuiciar a los alevosos criminales.

Lo que estamos padeciendo en Venezuela, luego de diez años fatídicos, se parece a los libretos de esas peliculas del lejano oeste, sólo que esto no es película sino trágica realidad. En 1999 cayó sobre nuestro país la plaga de una verdadera banda de indeseables y malandros, que se hizo del poder sobre los hombros de una masa que no sabe distinguir entre lo bueno y lo malo -porque no habían disfrutado de igualdad de oportunidades para hacerlo- y, también, de algunos "desarrollados" que creyeron caído del cielo, para el beneficio de ellos, al muchachón del "por ahora". Lo que no sabían éstos, es que la inocente cara del "muchachón" ocultaba veinte años de conspiraciones tramadas con la única finalidad de satisfacer su ilimitado ego y dar rienda suelta a todas sus frustraciones.

No le fue difícil, al "muchachón", el ir apoderándose, poco a poco, de todas las instituciones del país. Con la labia que caracteriza a los demagogos, cuyos mejores ejemplos son Hitler y Fidel Castro, bien asesorado por su maestro nazi, comenzó por destruir la institución que más temía: aquella, cuyo avieso propósito mortal le había inducido a penetrarla (siguiendo los pasos de un "lider" guerrillero), pues era segura "estrategia" para destruirla. Después, paso a paso, llegó el turno de las demás. La más trágica destrución ha sido la de Pdvsa, otrora líder mundial en el negocio petrolero, hoy inservible cascajo que sirve como instrumento para pecular y dilapidar una riqueza de más de 800 mil millones de dólares, recibida en 10 años, pero lastimosamente botada en un alocado plan de guerra bihemisférica, concebido en la diabólica mente del tirano cubano. (Para que se tenga una idea de la magnitud del despilfarro: en Venezuela se habla de un deficit habitacional de 1.5 millones de viviendas. Personalmente creo que son más de 2 millones. Supóngase que se decidió, con esa suma, contruir viviendas de 500 mil dólares -equivale a más de 1 millón de BsF por vivienda al cambio oficial. Pues bien, se hubiera podido construir con una suma equivalente a la que nos han botado, la cantidad 1,6 millones de viviendas ¡de 500 mil $!. Y, si en vez, de 500 mil $ pensamos en la mitad, $ 250 mil por casa, se podrían haber realizado 3,2 millones de viviendas y, con 125mil $ tendríamos 6,4 millones de viviendas). Ese ejemplo es sólo para que podamos medir mentalmente la magnitud del daño que nos ha sido causado. Aplíquese, con ejemplos similares, a redes viales; ferrocarriles; hospitales; explotación agrícola; recuperación de sistema eléctrico, etc.

¡Resulta ahora que la banda se quiere quedar para siempre en el pueblo! Para ello, violan la Constitución vigente

¿Le vamos a tener miedo? ¿Nos vamos a quedar, una vez más, en casita, frente al televisor, para escuchar la gangosa voz que nos anunciará que "la revolución" ha triunfado de nuevo?

EL FRAUDE CONSTITUCIONAL:
Todos los poderes públicos de la Nación, desde hace tiempo unificados bajo una voluntan única, cometieron -por acción u omisión- el grave delito de violaciones a la Constitución vigente y a la Ley Orgánica de Sufragio y Participación Política. Es suficientemente conocido cómo se han violado los articulos constitucionales 340 y 341, relativos a la enmienda de la Constitución; el art. 342 sobre la reforma de la Constitución, el art 347 sobre la Asamblea Nacional Constituyente que habría de ser el órgano competente para modificar la Constitución en los términos solicitados por el Presidente, pero no se ha convocado. El art. 345 constitucional que impone no presentar los referendos que hayan sido negados anteriormente, dentro el mismo período constitucional; el art 336 constitucional que obliga a la Sala Constitucional del TSJ a declarar la nulidad de los actos de cuerpos deliberantes que colidan con la Constitución; la LOSPP que, en su art.193 reza:

"si la materia objeto de un Referendo fuere rechazada por el pueblo, no podrá presentarse de nuevo durante los dos (2) años siguientes".

LA PREGUNTA TRAMPOSA:
Para colmo de los colmos, el miedo a la derrota es tanto que los diputados ante la AN, rojos-rojitos, han tenido el descaro de formular una pregunta cuya intención no es otra que la de confundir al elector incauto y engañar a la población:

"¿Aprueba usted la enmienda de los artículos 160, 162, 174, 192 y 230 de la Constitución de la República, tramitado por la Asamblea Nacional, que amplía los derechos políticos del pueblo con el fin de permitir que cualquier ciudadano o ciudadana en ejercicio de un cargo de elección popular pueda ser sujeto de postulación como candidato o candidata para el mismo cargo por el tiempo establecido constitucionalmente dependiendo su posible elección exclusivamente del voto popular?"


Esta pregunta equivale al error que cometería una persona que entregara un cheque en blanco y con su firma a un extraño: en efecto, habla de la "enmienda" pero no dice cómo es la enmienda de cada artículo identificado en el texto. Es decir, como me lo expresaba una abogado muy conocida y competente, por esa vía, en el artículo que se refiere al mandato de los gobernadores (art. 160), que requiere ser VENEZOLANO, mayor de 25 años, etc. podrían poner "podrán ser gobernadores ciudadanos cubanos, bolivianos, nicaragüenses, etc" ¿Cómo les parece? También sería lo mismo en el caso de los Alcaldes (art. 174). O dar una autorización especial para que tengamos diputados regionales del "mar de la felicidad", si amañan el art. 162 constitucional; o los diputados del ALBA a la AN, si le hacen un buen maquillaje al art. 192 de la Constitución.

Permítaseme hacerle esta pregunta alternativa (pero exactamente equivalente) a los electores:

¿Aprueba usted la enmienda de los artículos 160, 162, 174, 192 y 230 de la Constitución de la República, tramitado por la Asamblea Nacional, que amplía los derechos políticos del pueblo con el fin de permitir que cualquier ciudadano o ciudadana en ejercicio de un cargo de elección popular pueda ser sujeto de postulación como candidato o candidata para el mismo cargo según decida la Asamblea Nacional?

¿Y por qué no, si es lo mismo?

Pero hay algo más: ¿han pensado, aquellos gobernadores, alcaldes, diputados nacionales, estadales o municipales, que "él que les conté" podría ordenar que los excluyeran a ellos del beneficio de la reelección indefinida?..Basta que la AN lo haga: sencillísimo. Así que, como dicen en criollo: "bájense de esa nube".

EL MIEDO
No tengamos miedo ¡enfrentemos el reto con la verdad y la justicia que son nuestras únicas armas!

Miedo, y miedo hereje, tiene "el otro" y sus compinches: le tienen terror a los estudiantes. Los estudiantes son la más pura voz de la Nación. No tienen cartas bajo las mesas, sino sus limpias manos blancas.

Ellos, como en muchos otros casos de pueblos oprimidaos, serán los portadores de nuestra libertad.

¡Ellos le van a echar a perder su película al primer actor!


¿VOTAMOS?
Hay que votar ¡Seguro! Pero hay que defender el voto con todo.

El aspirante a tirano se juega el todo por el todo, pues sabe que no podrá sostenerse en medio de la crisis que se avecina, que no es sólo la económica mundial, sino la que ha generado la locura y la corrupción gubernamental. Si ganase el si, el 15F, inmediatamente vendrá el Estado de excepción (art. 337 constitucional) y la supresión definitiva de todas las garantías y derechos.

Hay que repetirle al Sr Chávez:

1º Que sabemos Y QUE ÉL SABE que vamos a ganar con mayoría aplastante.

2º Que sabemos que HA ORDENADO a sus títeres que vuelvan a insistir con el fraude.

3º Que SEPA que vamos a resistirlo con la misma fuerza con la que nos liberamos de la Metrópoli Colonial y de otros que han querido tiranizar y someter a este pueblo libertario.

¡ABAJO EL CONTINUISMO; VIVA LA LIBERTAD!
¡PATRIA, DEMOCRACIA Y VIDA!

miércoles, enero 07, 2009

REALIDAD Y RETO

En 1888, en Plettenberg de Renania, Alemania, y en el seno de una familia católica, nace Carl Schmitt: Jurista, pensador y estudioso de la Ciencia Poítica, su interés se fijó en el conflicto social y, de manera particular, en lo que concierne a la guerra. Elaboró una teoría del Estado y de la Constitución y, en la linea de Jean Bodin, sostuvo que la soberanía del Estado no puede ser sino absoluta, para ser Estado autónomo y que esta autonomía sólo es posible en la medida en que, más allá y por encima de la norma jurídica, el Estado realice acciones que prueben esa su soberanía. Pero “la soberanía es absoluta o no es” (Hobbes).

Profesor en la Universidad de Berlín, en 1933 Schmitt se integra al Partido Nacionalsocialista de los Trabajadores (NSDAP) de Hitler, en el que se le designó como consejero político. Posteriormente Hermann Göering le hizo Consejero de Estado.

Como para Schmitt la acción política consistía fundamentalmente en decisión, concluyó en la necesidad de establecer un poder de decisión que condujera la guerra interna. En efecto, el pensamiento de Schmitt estaba también muy influenciado por el de Hobbes. Por eso, su interés en la guerra interna o civil, que se genera a partir de los intereses siempre contradictorios de los ciudadanos.

De allí igualmente, que sostenga que todo lo político es polémico: Todo lo político es antagónico y generador de conflicto. El conflicto que genera lo político será siempre confrontación “amigo-enemigo” que, en todo momento, significa posibilidad de guerra. Del lado del Estado -que Schmitt prácticamente indentificaba con lo político- lo esencial es decidir sobre la emergencia. Es decir, decretar estado de emergencia para suspender la ley y usar la violencia necesaria para mantener el poder (clara inspiración en Maquiavelo).

Escribió el Dr. Tulio Álvarez, en su reciente libro “La Reelección Indefinida. Camino a la Violencia”[1]: “Chávez Frías ha citado varias veces a Carl Schmitt, en esa subespecie de ensalada intelectual que lo caracteriza. Tal cita refleja que alguien se lo explicó y él lo entendió, además lo utiliza”.[2] Es posible que haya sido Ceresole. En todo caso, cualquier observador interesado puede fácilmente comprobar -por ejemplo en una hemeroteca- de qué manera y en cuán alto grado, el presidente venezolano acude a lenguajes, actitudes, incitaciones, amenazas, instrucciones, arengas y demás elementos del género, para expresar su pensamiento y defender su gestión política: Revolución armada, liquidar, eliminar, disolver, aniquilar, pulverizar, etc., son verbos siempre presentes en la mente y en la boca presidenciales. ¿Por qué?

¿Porque es militar?: No. Todos conocemos a muchos militares que no utilizan constantemente ese lenguaje. Hemos tenido presidentes militares que no lo han hecho. El Gral. López Contreras, por caso, lejos de hablar de violencias guerreras, hizo famosa su expresión “calma y cordura”. Tampoco el Gral. Medina Angarita, siempre cordial y democrático. Ni el V.A. Wolfgang Larrazabal. Ni siquiera quienes fueron dictadores, como Gómez, quien pecaba de parco y jamás amenazaba; y tampoco Pérez Jimenez. Ambos actuaban, pero en silencio. De manera que ello no es inherente a la condición militar ni al ejercicio del poder, sea democrático o no.

¿Entonces, por qué?

Seguramente porque asimiló parte del pensamiento de Schmitt y lo integró en su manera psíquica de ser...

En el pensamiento de Schmitt es fundamental la idea según la cual lo político genera conflicto que siempre se expresa en confrontaciones amigo v.s. enemigo. Enemigo -lo ha expresado el presidente venezolano- será “todo aquél que está en mi contra”, mientras que, amigo, será “todo aquél que está conmigo” y, por la experiencia de otros, podemos añadir “mientras no me moleste”.

Hay una muy interesante e importante explicación de la conducta del avaro y del tirano, uno de cuyos cultores en Venezuela ha sido el Dr. Ernesto Mayz Vallenilla, eximio filosofo nacional. En apretado resumen general consiste en lo siguiente:

El hombre es un ser finito. Por tanto, es límitado y carente. Todos –o casí todos los humanos- tenemos conciencia de nuestra finitud. Finitud en el tiempo porque esta vida que tenemos necesariamente termina. Finitud en nuestra modo de existir, porque tenemos límites: nuestro cuerpo define nuestra frontera y nos separa de lo que no somos, esto es, de todos los entes (cosas, vegetales, animales, humanos) que nos rodean y que están en nuestro mundo que se constituye en horizonte de sentido. Frente a esta realidad hay sólo dos actitudes: aceptar la finitud o rechazarla, negarla y no aceptarla.

La aceptación de la finitud invoca -eo ipso- orientar la existencia por la vía de la voluntad de amor. Cuando la acepto, el mundo que me rodea y los entes que están allí no son mis enemigos: antes por el contrario, son fuente indispensable de mi desarrollo personal, de mi realización como persona humana. Tales entes, en toda su variedad, me complementan en la medida en que no soy ellos: me alimentan material y espiritualmente. La relación de complementación es fuente de paz, de armoniosa relación con todos los entes que están en mi mundo que es mi horizonte de sentido.

Por el contrario, la no aceptación de la finitud invoca, necesariamente, el conflicto con los entes que están mi mundo; en el mundo. Esa actitud encamina, inexorablemente, la existencia de la persona por la vía de la voluntad de dominio que es la opuesta a la de la voluntad de amor.

En esta segunda vía, puede haber dos modalidades que se presentan bien sea separadas o bien sea unidas: Una primera modalidad tipifica la figura del avaro. Detesta las cosas, los entes que le rodean porque su sola presencia es, precisamente, prueba de su finitud. En efecto, en la medida en que existen, si soy avaro, me están demostrando permanentemente que soy finito: Son lo que no soy, por tanto, que tengo límites. Mis límites están determinados por mi cuerpo. El cuerpo define mi frontera:: aquéllo hasta donde yo soy. Hasta donde llego. La salida es borrar los límites que impone lo Otro. Pero ¿cómo hacerlo? Simplemente, mediante su aniquilamiento. Pero, “al no serle realizable la aspiración de destruir todo lo que el sujeto humano no es, intenta otro procedimiento: el de ejercer sobre ello un dominio o dominación tal, que, aparantemente, haga desaparecer sus confines o límites”[3]: apropiarse de todo Ese dominio destructivo es ilusorio; un autoengaño. Pero, en su ilusión falsa, la persona se dispersa en la multitud de cosas poseídas que acumula sin cesar; se aliena confundida en el indefinido y amorfo amontonamiento de las entidades cuantificables y, en el engaño de sentir que se expande infinitamente su realidad personal. De esta forma se cosifica en las cosas que posee. La posesión se falsifica y, en vez de obrar para el más ser, se hace un nudo tener por el más tener.

Identica es la modalidad orientada por el poder: los sujetos dominados son falsamente percibidos como extensión infinita de la propia realidad. Nuevamente surge el conflicto y la aspiración de destruir a estos sujetos humanos para borrar la prueba de la propia finitud que, para el enajenado, ellos significan. Como no puede destruir a todos, el sucedáneo es dominarlos, someterlos absolutamente, despojarlos de su libertad externa y, cuando posible, de su existencia. Fue el terrible caso del nazismo y el holocausto, conducido por Adolfo Hitler, en campos de concentración y hornos crematorios.

En ambas modalidades, la personalidad de quien niega la finitud supone un egocentrismo, tal, que el enajenado se siente dios dueño del mundo. En la fase terminal de su enfermedad, niega toda realidad. Su palabra se transforma en caos de contradicciones e incoherencias: los fracasos los identifica como éxitos; la ruina como riqueza.

A los médicos psiquiatras corresponde el diagnosticar situaciones y casos concretos. No lo soy; por tanto, no pretendo hacerlo.

En la difícil coyuntura por la que atraviesa el país, sólo puedo opinar como observador político. Constato que el timonel ha perdido el rumbo y que nuestro porvenir es incierto. La propuesta de reelección, en la práctica indefinida, y ahora complementada con la extensión general de su alcance a todos los cargos de elección popular, aparte de ser una evidente y constatable contradicción del proponente, quien ahora desdice lo que antes dijo y, al margen de su palmaria inconstitucionalidad por razones de todos conocidas, se me antoja como evento final precipitado del desarrollo del llamado “`proceso”. En razón de la crisis económica mundial, para el proponente es un “ahora o nunca”. Para la salud del país también lo es. Si la crisis lo alcanza sin haber obtenido su propósito, seguramente que no habrá mañana para él. Por eso su empeño obsesivo: lograrlo, y lograrlo ya. Lograrlo ya, como sea.

El país democrático, por su parte, está a punto de encarar lo que parece ser el más riesgoso reto de su historia. De nuestra historia republicana. ¿Será la hora de aquella frase, trágica sin duda, de Don Mario Briceño Iragorry? :

“¡Vivir libre o vivir muerto! Porque es vida la muerte cuando se la encuentra en el camino del deber, mientras es muerte la vida cuando, para proseguir sobre la faz semi-histórica de los pueblos esclavizados, se ha renunciado al derecho a la integridad personal”[4] .

En todo caso, parece haber llegado la hora cuando una verdadera oposición, patriótica y responsable, se dirija al proponente para:

1º Hacerle saber que sabemos que va a ser derrotado contundentemente.
2º Hacerle saber que sabemos que va a intentar, nuevamente, hacer fraude.
3º Hacerle saber que no debe hacerlo, porque la gran mayoría está dispuesta a tomar las calles del país para imponer la verdad y salvar la dignidad de Venezuela.

Frente a la consigna siniestra, la nuestra debe ser:

¡PATRIA, DEMOCRACIA Y VIDA!





[1] Älvarez, Tulio. La Reeledción Indefinida. Camino a la Violencia. Ed. Libros Marcados. Caracas, 2007.
[2] Op cit., pg 7
[3] Paúl Bello, Pedro. “Lo Humano. Ensayo sobre el Personalismo Cristiano”. Ed. UCAB, Caracas, 2005, pg 55.
[4] Briceño Iragorry, Mario. “El Caballo de Ledesma” . Obras escogidas. Ed. EDIME. Caracs 1954, pgs 387-388.