Pedro G. Paúl Bello Weblog

miércoles, mayo 20, 2009

ROGAR, PERO CON MAZO EN MANO

Este día han llegado a mi computadora dos mensajes muy interesantes: uno, es un análisis presentado por Interlaces, creo que para Venanchamps, muy particular e interesante; el otro proviene de persona amiga de mis más alta consideración y aprecio. Muy diferentes en cuanto a lo que en ellos se plantea, ambos trabajos coinciden en sus objetivos de fondo.

El trabajo de Interlaces-Venanchamps, titulado “Los significados de la Crisis”, podría condensarse de la siguiente manera:

La crisis de la economía mundial, que ha significado abrupta caída de los precios del petróleo y, por tanto, implica para Venezuela recesión y mayor inflación y, de ello, más desempleo y mayor pobreza. El gobierno se apresta para presentar un programa de ajustes que, desde ya, justifica como otra crisis del sistema económico capitalista -cuyo derrumbe en clásico marxismo anuncia- que le permitirá profundizar la polorización social que desde hace diez años viene fomentado pero que, en el fondo, no es sino su marco “moral” para consolidar el neo-caudillismo que es su verdadero contenido.

Frente a esto, el referido trabajo indica que lo adecuado para oponérsele al caudillismo comunista debe ser un “modelo productivo moderno” cuyos objetivos sean la justicia social y la igualdad de oportunidades (que, a mi juicio, debe ser el pivote fundamental de todo lo que se deba hacer en nuestro futuro) y el trabajo, el respeto y la solidaridad.

Se trataría, pues, de dirimir entre dos modelos de inclusión social, con dos lenguajes y dos sistemas éticos y culturales: uno, de antagonismo; otro, de compromiso. Son, entonces, dos sistemas éticos y culturales y dos marcos con dos lenguajes. El primer modelo es estatista, interventor y clientelar y busca la confrontación para imponer el autoritarismo. El modelo de renovación democrática cuenta con el setenta por ciento de la población y, al otro lo respalda el treinta por ciento restante.

Por tanto, dice, “no hay que derrotar a chávez, sino a su marco de antivalores”. No debe haber violencia, sino renovación democrática y regeneración de valores. Por lo demás, el modelo de regeneración democrática ofrece a la sociedad venezolana un futuro mejor y se apoya en el desarrollo personal y familiar con base en valores.

El segundo trabajo que recibí consiste en unas propuestas de prácticas de acción que apoya una estrategia ya probada de lucha, con la modalidad de resistencia no-violenta, para comprometer al pueblo opositor a unirse, de manera activa, participativa y decidida a esta forma de lucha democrática.

Ahora bien, al expresar mi comprensión y acuerdo con los conceptos e intenciones expresados en ambas comunicaciones, debo, por enésima vez, insistir en hacer ver y tomar conciencia de que no sólo no estamos ante diferencias de dos modelos o sistemas éticos y culturales (lo cual es cierto) con dos marcos éticos y lenguajes diferentes, sino ante un proyecto totalitario y antidemocrático de ejercer el poder, y una sociedad que quiere seguir viviendo en una democracia verdadera, con todas la fallas e imperfecciones que la democracia tiene, pero con inmensa capacidad de perfeccionarse en el tiempo.

Invito, una vez más, a leer los documentos del presidente, en especial el “mapa estratégico” del proyecto, expuesto en el Fuerte Tiuna en noviembre de 2005. Chávez ha repetido muchas veces que esta es una revolución y si lo es, y una revolución armada y si lo es. Consulten en textos y a personas, que han profundizado conocimientos del nazismo o del comunismo soviético, para saber si a un sistema totalitario se le puede enfrentar con métodos y actitudes de la democracia normal.

Ni soy violento, ni mis convicciones católicas -pese a mis imperfecciones- me permiten serlo. No podemos asumir la violencia como instrumento nuestro, pero sepamos que se nos hará violencia y mucha violencia. A lo que ocurre en nuestro país, tenemos que oponer todos nuestros valores, poner en práctica todo aquello que, conforme a tales valores, estamos obligados a poner, pero, si nos conformamos con ofrecer las mejillas, vamos a dejar a nuestros hijos y nietos, o más generaciones posteriores como las seis que padecieron bajo el régimen soviético, no sólo un país-cárcel, sino una nación arruinada hasta en sus esperanzas.

Oremos, sí. oremos mucho, porque sabemos que todo depende de Dios. pero hagamos todo el esfuerzo que cada cual está en capacidad de hacer, como si todo dependiera únicamente de cada uno de nosotros.