POR PRIMERA VEZ EN 14 AÑOS
Inbox
x
Trash
x
Pedro Paúl Bello
POR PRIMERA VEZ EN 14 AÑOS. Pedro Paúl Bello www.paulbello.blogspot.com En ve...
Aug 14 (4 days ago)
POR PRIMERA VEZ EN 14 AÑOS. Pedro Paúl Bello www.paulbello.blogspot.com En ve...
Pedro Paúl Bello
Aug 14 (4 days ago)
Loading...
POR PRIMERA VEZ EN 14 AÑOS.
Pedro Paúl Bello
www.paulbello.blogspot.com
En verdad, por primera vez en 14 años, el gobierno de Venezuela
encuentra que tiene, de frente, una verdadera oposición. En las
elecciones de 1998, el gobierno que dignamente y en medio de enormes
dificulatdes presidió Rafael Caldera, no presentó candidato
presidencial: no le era posible el hacerlo,
por cuanto, como sabemos, dicho gobierno estaba constituido por
sectores políticos, más que por partidos,
los cuales apoyaron la candidatura de Caldera en diciembre de 1993
ante la dramática situación que generó
la sorpresiva e inconveniente --por lo demás injusta-- destitución
del presidente en ejercicio Carlos Andrés
Pérez, propiciada por un sector escasamente mayoritario de su partido
Acción Democrática, hecho que
enlagunó más aún el ambiente político venezolano, ya muy confundido
después de los dos intentos golpistas
de 1992.
Tal vez por ignorar las profundidades y orígenes de esos intentos, que
en lo militar venían del inicio de los años 70 y en lo
económico-político tenian que ver con la caída de los precios del
petróleo, hecho que determinaba la definitiva fractura del modelo
populista de Estado inagurado en octubre de 1945, pero que, fundado en
la alianza ficticia de sectores sociales con intereses opuestos y
contradictorios, hacía previsible a ojos vista que, una vez que la
"torta" de la adventicia riqueza monetaria proveniente del petróleo se
hiciera pequeña, sería inevitable el que dicha alianza se rompiera. La
crisis del populismo se mostró clara ya en los años 80.
La clarinada asomó aquél llamado "viernes negro" de 1983 y, desde
entonces, la normal y civilizada competencia entre los partidos
democráticos, se revirtió al interior de los mismos para convertirse
en abiertas luchas entre sus dirigentes. Lamentablemente, pareciera
que el mismo Presidente Pérez no había penetrado en esas profundidades
y, así, su discurso de presentación, ante el país, de su muy acertado
y oportuno "Programa de Ajustes Económicos", no sólo no fue bien
entendido por la población en general, sino que tampoco lo fue en el
seno de su propio partido. Después, y casi inmeditamente, vino el así
llamado "Caracazo" urdido por sectores comunistas posiblemente
conectados con la conspiración militar.
El Congreso de la República designó, para sustituir al Presidente
Pérez, a ese ilustre venezolano que es Don Ramón Velázquez. Su mandato
de unos seis meses fue serio, discreto. Al final del mismo, entregó la
presidencia en manos del Presidente Rafael Caldera quien la asumió
valientemente y contra sus deseos, pues conocía bien las dificultades
que habría de enfrentar, entre ellas la crisis bancaria generada por
hechos de todos conocidos, con el agravante de estar en minoría
parlamentaria. Su férrea voluntad lo llevó a la tarea, que muchas
veces expresó, de no dejar que en sus manos se perdiera la República.
Las elecciones del nuevo Congreso de la República, adelantadas a las
presidenciales de diciembre de 1998, dieron mayoría parlamentaria a
los partidos democráticos. El presidente electo en diciembre resultó
ser Hugo Chávez Frias. Lamentablemente, los poderes públicos
constituidos, el Congreso y la Corte, no resistieron a las amenzas de
Chávez Frías y cedieron ante sus ya iniciadas violaciones
constitucionales. Lo demás que vino lo estamos viviendo. Después de
trece años, lo que tenemos en nuestra Patria es más que lamentable.
Todos sabemos lo que ha ocurrido y no merece la pena el insistir.
Pero, como se dice: "No hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo
resista" y hoy respiramos aires que no sólo son de ilusiones y
esperanzas. Se dice también que "el pueblo no se equivoca". Si se
equivoca cuando no está informado, pero hoy en día ese dicho es muy
válido: la asombrosa victoria de Henrique Capriles Radonsky, el 12 de
febrero de este mismo año, así lo demuestra. Capriles se ha convertido
en un fenómeno político que tiene pocos antecedentes. La razón de esa
abrumadora victoria del pasado febrero está a la vista. Su empuje ha
conducido a millones de venezolanos a respaldarlo. Los partidos
democráticos de oposición se han fortalecido a tal punto, que ahora
son Capriles y los partidos que le apoyan los que después de trece
largos años de verse obligados a seguir las pautas impuestas por el
oficialismo, son ellos los que a éste le están marcando sus propias
pautas.
El país, todo, se percibe renacido; no es un mito ni un deseo: es una
realidad palpable en cada ciudad, en cada uno de los pueblos que
Capriles, con gran constancia, ánimo y alegría visita. Las multitudes
en cada caserio, barrio, pueblo salen a las calles llenándolas con su
entusiasmo. Estamos todos seguros de que tampoco, en las manos de
Henrique Capriles, se perderá la República.
¡Dios lo cuida y protege a Venezuela!