Pedro G. Paúl Bello Weblog

viernes, diciembre 31, 2010

martes, diciembre 14, 2010

ANTE LA REALIDAD

Después de casi doce años cumplidos, el sector del país que no la veía y el que si la percibía o vislumbraba, se encuentra ante la realidad incontestable que algunos, ilusos o ciegos, no creían o no querían ver: tenemos en nuestra Patria el cáncer político funesto que se llama totalitarismo, y lo hemos contraído en una de sus peores expresiones como lo es la comunista. ¡Cuántos, en el pasado reciente, respondían las alarmas sobre la gravedad de lo que nos amenazaba con benévolas sonrisas de compasión o lástima! Y era, tal, la mejor respuesta, pues muchas veces era burla, descalificación y hasta insulto. Nadie puede ya negar lo que es hoy tan evidente como la luz solar.

Hace poco, por esta vía amenazada por el régimen, recibí mensaje amigo que recordaba el pensamiento de ese gran venezolano y demócrata que fue Rómulo Betancourt, en aquellos tiempos también difíciles para el desarrollo de la democracia en nuestro país: 1954.

Decía entonces y desde su exilio Betancourt:

"no nos queda como posible sino la acción popular de masas, constante, valiente, perseverante. Esa acción debe ser conducida hacia una encrucijada en que ya no sea tolerable por el país la existencia de un régimen de usurpación, y la cólera popular se exprese en forma tan avasallante que ya no puedan detenerla las bayonetas".

Betancourt veía entonces muy claro cuando, en aquellos tiempos la situación era similar a la presente en lo militar. Pero el llamado de Betancourt apuntaba, exactamente, hacia donde debemos trabajar con ahinco y perseverancia los venezolanos de hoy. Lo que nos amenaza ya podemos palparlo como un hecho que se cumplirá irremisiblemente. No nos queda sino resistir. Como bien lo dijo entonces Betancourt, también ahora no nos queda como posible sino la acción popular a través de las múltiples expresiones que ésta puede asumir.

Es ahora cuando de verdad comenzamos, porque es sólo ahora cuando no podremos evitar ver la dura verdad y enfrentarla con gran coraje.

¡BASTA YA!